EL MUNDO

16 abril 2016

 

Manual del bronceado seguro

Alejandra Yeregui

 

El sol no solo aumenta la energía. Para más del 80% de los españoles, según un estudio de 2015 de Ipsos sobre actitudes frente a la exposición solar, también el atractivo.

 

Resulta paradójico que una amplia mayoría de los encuestados reconozca que exponerse al astro rey conlleva riesgos para la salud (el 94%) y, aun así, tan solo el 22% se proteja a diario. Cuando llega el verano, parece que no resulta fácil bailar al mismo son de la prudencia, la responsabilidad y el placer. El 16 de abril arranca en España la campaña Euromelanoma 2016 y, con ella, diferentes actividades de prevención del cáncer de piel y divulgación de buenos hábitos por parte de dermatólogos de todo el país. "Estas iniciativas son necesarias porque el fotoprotector se utiliza mal, no se respeta el horario de máxima irradiación, ni se usan gorras ni prendas adecuadas, y la presión social por broncearse todavía es fuerte", expone el doctor Agustín Buendía, experto de la Academia Española de Dermatología. Es el momento de cambiar rutinas.

 

Antes de tumbarse

Desde dentro

Tomar alimentos ricos en carotenoides logra un bronceado incluso más seductor que el inducido solo por el sol. Es la conclusión de un estudio de la Universidad de Leeds (Inglaterra), que explica que las verduras rojas (zanahorias, albaricoques, tomates...) y verdes (espinacas o berros) estimulan los subtonos rojizos y amarillos de la piel; los rayos UV, en cambio, aunque la tiñen más, no realzan esta pigmentación natural. Tres raciones al día durante seis semanas bastan para 'teñir' la piel sin sol y aumentar sus defensas. En cuanto a las cápsulas, hay evidencias científicas de que la N-acetilcisteína, antioxidante y antiinflamatoria, previene que un lunar atípico mute en maligno.

 

No a las fotosensibilidades

Los AHA (alfahidroxiácidos) -como el ácido glicólico, que se extrae de la caña de azúcar; el málico, de la manzana, o el mandélico, de las almendras- son comunes en los cosméticos. En verano deben aplicarse solo de noche. "A largo plazo reparan el daño solar, pero en el corto reducen la capa córnea y condicionan su permeabilidad frente a los UV", afirma el doctor Ángel Pizarro, responsable de Prevención y Diagnóstico Precoz de Melanoma de la Clínica Dermatológica Internacional. Los repelentes de mosquitos a base de dietiltoluamida (DEET) son los más recomendados. "Pero su presencia en la piel puede reducir hasta en un tercio la actividad del fotoprotector. Hay que extender primero la crema y, media hora después, el antimosquitos, solo en las zonas expuestas", aclara el experto. En cuanto a fármacos antiacneicos, hay que evitar los retinoides y el peróxido de benzoilo.

 

Chequeo a los lunares

Se diagnostican 200.000 nuevos casos de melanoma en el mundo al año. "En Australia las cifras descienden, tras décadas de políticas de concienciación sobre hábitos al sol y medidas como crear sombras en espacios públicos, exigir el uso de gorra en los escolares y prohibir las cabinas de rayos UVA", apunta el doctor Agustín Buendía. El 42% de los españoles nunca ha ido a la consulta a revisarse los lunares, "algo esencial si se tienen muchos nevus, antecedentes de cáncer de piel o una tez muy clara", advierte. Del 13 al 17 de junio, dermatólogos de la AEDV realizan revisiones gratuitas.

 

Bajo el sol

¿Perfumada?

Sí, siempre que la fragancia haya sido específicamente desarrollada para utilizar bajo los rayos solares y demostrado en dos pruebas de laboratorio (el ensayo de fototoxicidad y el fotoalérgico) que sus ingredientes no son fotosensibles. Según explica Elisa Simonpietri, directora científica de Biotherm Internacional, "la razón por la que muchos perfumes de verano están contraindicados bajo el sol no es por el alcohol que incluyen. Algunas esencias cítricas, como la bergamota o el limón, se componen de ingredientes fototóxicos que pueden reaccionar en la piel. Si los eliminamos de la fórmula, no hay problema en utilizarlos".

 

La cantidad segura

Hay picaresca en cuestión de aplicación. "La mayoría se pone menos cantidad de la necesaria para alcanzar el índice de protección que marca el envase (2 mg por cm2 de piel). Por eso se deben elegir productos con un SPF 30 o superior y aplicarlos media hora antes de la exposición", explica el doctor Pizarro. Si se trata de una textura en crema, sería 'de nota' extender la cantidad equivalente al dedo índice para el rostro, orejas y cuello; duplicarla en cada brazo y cada pierna, lo mismo que en el vientre, pecho y espalda (dos dedos por zona). En 'spray' serían 12 pulverizaciones por área. Y en 'stick', al menos cuatro pasadas de ida y vuelta. Pero que no cunda el pánico: las fórmulas transparentes y de toque seco evitan las trazas blancas y el efecto pegajoso. Otra trampa habitual es ignorar que la crema solar se desactiva: más del 60% de los españoles solo repite la aplicación una o dos veces, según datos de los Laboratorios IFC. Es necesario hacerlo cada dos horas.

 

Filtros que absorben hasta la luz visible

Cuando hablamos de bloquear el impacto del espectro solar sobre la piel, una prenda que no transparente al trasluz es, de momento, más efectiva que cualquier fotoprotector. Porque ninguno protege al cien por cien. Si bien esto es cierto, la mayoría de las cremas solares ofrecen una amplia protección frente a los rayos UVB (para evitar las quemaduras) y los UVA (responsables del estrés oxidativo de las células, del cáncer no melanoma, y según recientes investigaciones, también del melanoma). La novedad es que algunos fotoprotectores van más allá. "Hemos desarrollado una tecnología de filtros que reflejan y absorben en la superficie de la piel también los rayos infrarrojos y la luz visible, aquella que nos ayuda a discernir los colores, que se sabe que provoca manchas. Ambas radiaciones generan el 50% de los radicales libres que produce la piel, penetran a nivel profundo y degradan las fibras de la dermis", argumenta el doctor Olivier Doucet, vicepresidente de I+D de los laboratorios Lancaster. Otros retos en marcha: minimizar el número de filtros químicos de las fórmulas y optimizar las nanopartículas que reparan el daño solar a nivel del ADN para garantizar una mayor tolerancia cutánea.

 

Tras los rayos

Altas dosis de vitaminas C y E

El ritual postsolar se repetía casi de forma mecánica: bajar la rojez con una loción corporal 'aftersun' refrescante tras la ducha y aplicar crema hidratante en el rostro para evitar tiranteces. Y se acabó. Gracias a un estudio de la Universidad de Medicina de Yale, publicado en la revista Science, ahora sabemos que se puede producir nuevo daño solar en el ADN de las células cuatro horas después de la exposición. La misma investigación ha descubierto que la melanina (la protección natural de la piel) es otro de los agentes implicados en la avería. En cuestión de segundos, los radicales libres pueden activar un electrón en un fragmento de melanina a alta energía, de modo que esta penetra hasta el ADN, mutándolo a pesar de haber abandonado el sol. La buena noticia es que en casa se puede prevenir el daño, aplicando los mismos sérums que se utilizan habitualmente como protección adicional diaria (con altas dosis de derivados estabilizados de las vitaminas E y C al 20%, resveratrol, phloretina o ácido ferúlico), también por la noche. Eso sí, no hay que mezclarlos con cosméticos con retinol. En cuanto a las fórmulas reparadoras específicas, muchas incorporan sus propios antioxidantes, como el pretocoferil y el ácido gliterricetínico.